26 jun 2012

Un investigador de la Universidad de Oviedo colabora en un trabajo sobre nuevas dianas terapéuticas en el cáncer


Guillermo García Santos, a la derecha, junto al doctor Héctor Peinado.

La prestigiosa revista Nature Medicine recoge en su número del pasado mes de mayo un trabajo cofirmado por el investigador asturiano Guillermo García Santos, licenciado por la Universidad de Oviedo y premio de la Fundación Universidad de Oviedo en Investigación Aplicada en el año 2010.

García Santos desarrolla su labor investigadora en el Well Cornell Medical College de Nueva York y la investigación publicada se ha realizado en colaboración con el Memorial Sloan-Kattering Cancer Center de Nueva York, dos de las instituciones con un mayor prestigio investigador en el campo de la biomedicina en EEUU.

El artículo titulado Melanoma exosomes educate bone marrow progenitor cells toward a pro-metastatic phenotype through MET explica por qué los exosomas podrían ser considerados las nuevas dianas terapéuticas para el cáncer. La investigación abre la puerta a que en un futuro un simple análisis de sangre permita diagnosticar y prevenir la aparición de la metástasis en tumores de melanoma.

El grupo de investigación con el que trabaja Guillermo García Santos ha estudiado el compartimento de los exosomas dentro del torrente sanguíneo, cómo se generan y cómo participan en la progresión de los tumores. Sus experimentos han podido determinar que estas microvesículas generan entornos favorables para el desarrollo de la metástasis.

El estudio ofrece datos esperanzadores sobre el bloqueo de los exosomas tumorales, que podrían ser considerados como nuevas dianas terapéuticas en cáncer para tratar de bloquear la progresión tumoral y la metástasis.

Guillermo García Santos es Doctor en Biología por la Universidad de Oviedo y trabajó en el Instituto de Oncología del Principado de Asturias (IUOPA). En el año 2010 la Fundación Universidad de Oviedo le concedió su premio en Investigación Aplicada, gracias al cual pudo establecer bases para una colaboración activa en el laboratorio del doctor David Lyden en Nueva York, donde ahora desarrolla su labor investigadora gracias a una ayuda del programa Clarín del Principado de Asturias.

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