Ángel Manteca, en el laboratorio de la Universidad de Oviedo |
Esta beca es una de las más importantes en el ámbito europeo, tanto por su dotación como por su prestigio ¿qué supone para usted haberla recibido?
Una gran satisfacción, por supuesto. Pero, sobre todo, representa alcanzar una estabilidad que me permitirá, formar mi propio grupo de investigación y, a partir de enero de 2012, desarrollar la línea de investigación con medios suficientes durante los próximos cinco años.
¿Cuál es el principal objetivo de la investigación?
Respecto a la aplicación práctica, la meta es, por un lado, mejorar la producción de antibióticos conocidos y, por otro, algo que para mí es más importante y donde creo que nosotros tenemos algo que aportar es en la búsqueda de nuevos antibióticos.
Su proyecto se centra en el estudio de las streptomyces ¿Qué interés científico tiene el estudio de esta bacteria?
La streptomyces es una de las bacterias más importantes para la investigación biotecnológica. Desde el punto de vista de la investigación aplicada produce cerca del 80% de los metabolitos secundarios comerciales: antibióticos, antitumorales, antifúngicos, entre otros. Una segunda característica menos relevante es que se utiliza como huésped alternativo para la producción de proteínas recombinantes -aquellas de un organismo diferente que se producen en una bacteria, por ejemplo la insulina que se produce en bacterias-. Por otro lado, tienen gran interés para la investigación básica porque se trata de una bacteria multicelular, con un ciclo de vida muy complejo, que presenta procesos de muerte celular programada o suicidio celular. De hecho, es tan compleja que cuando se descubrió se creyó que era un hongo y estuvo bastante tiempo clasificada como tal.
¿Cómo se plantea desarrollar este proyecto?
Realmente, el proyecto que vamos a iniciar es una continuación del trabajo sobre las streptomyces que he venido realizando a lo largo de toda mi carrera. Durante mi tesis doctoral en la Universidad de Oviedo, con el grupo del profesor Jesús Sánchez, conseguimos describir un nuevo ciclo de desarrollo de las streptomyces. Lo importante de esto es que descubrimos una fase previa, desconocida hasta el momento, en la que se produce una muerte celular programada y hemos demostrado que es el paso previo e indispensable para la producción de antibióticos. Posteriormente, durante mi etapa postdoctoral en Dinamarca, desde un punto de vista bioquímico, definimos qué proteínas están en cada fase del desarrollo y qué proteínas cambian entre esas fases, lo que nos sirvió para validar todo el modelo que habíamos descrito morfológicamente durante mi tesis. Además, hemos identificado muchas proteínas de función desconocida, así que el objetivo del proyecto que empieza ahora, es caracterizar la función biológica de esas proteínas a través de un planteamiento experimental de mutagénesis, es decir, hacer mutantes de los genes que codifican esas proteínas.
¿En qué contexto general se sitúa esa búsqueda de nuevos antibióticos?
Hoy en día la búsqueda de nuevos antibióticos representa todo un reto porque se han desarrollado muchas resistencias a estos tratamientos y las circunstancias han cambiado. Hace veinte o treinta años, los procesos de búsqueda de nuevos antibióticos fueron todo un ‘boom,’ porque se realizaban hallazgos muy fácilmente y las empresas ganaron mucho dinero con eso. Pero, desde hace unos diez años cuesta mucho encontrar cosas nuevas, así que muchas empresas abandonaron la búsqueda. En la actualidad, el problema de la resistencia parece estar devolviendo el interés por encontrar nuevos antibióticos y en este nuevo contexto mi proyecto puede aportar bastantes cosas.
Con cinco años de trabajo estable por delante ¿qué expectativas de futuro se plantea?
Ahora estamos en la parte básica: definir qué está pasando. Una vez que lo conozcamos, en los últimos años de proyecto, la idea es llegar a la industria, incluso crear una spin off. Luego, el tercer punto, intentar definir algo que no se ha descrito, como la muerte programada de esta bacteria. Puesto que esta muerte celular programada sí tiene cosas parecidas a la que se produce en células superiores, puede ser que encontremos “algo” y, ya soñando mucho, que pudiera tener alguna aplicación en terapia de cáncer o algo parecido. De hecho, esta bacteria produce además de los antibióticos, muchísimos antitumorales, lo que nos hace preguntarnos ¿qué hacen los antitumorales en la propia bacteria? Pues la mayoría, no se sabe, podrían estar relacionados con la propia muerte programada de la bacteria. Pero esto es investigación muy básica y, como digo, ya es mucho soñar, pero potencialmente se pueden encontrar cosas de gran interés.
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