24 feb 2016

El proyecto VRBE recrea la evolución urbana de Avilés desde la villa preindustrial hasta la ciudad democrática




Planos, ortofotos, fotografías aéreas y material audiovisual facilitan la reconstrucción de la evolución histórica de la ciudad de Avilés en una exposición que puede visitarse hasta el 31 de marzo en la Casa de Cultura de de la ciudad. La muestra es última parte del proyecto VRBE, en el que un equipo multidisciplinar de investigadores de los Departamentos de Geografía e Historia de la Universidad de Oviedo, coordinados por el profesor Miguel Calleja Puerta, han recopilado e interpretado documentos para ofrecer por primera vez una lectura evolutiva de la forma de la ciudad, desde el siglo XII hasta la actualidad.
VRBE III: La construcción histórica de la ciudad de Avilés, completa el proyecto desarrollado con el apoyo del Vicerrectorado de Extensión Universitaria y Comunicación que arrancó en 2013 con la reconstrucción de la evolución espacial y urbanística de Oviedo y continuó con Gijón, en 2015. La muestra, que cuenta con la colaboración del Ayuntamiento de Avilés, la Autoridad Portuaria y la Cronista Oficial de la villa, recorre la historia de la ciudad en distintas etapas y recupera para la memoria huellas que han ido configurando la idea de núcleo urbano: la muralla medieval, la marisma, el asentamiento de las fábricas o la barrera ferroviaria son algunos de los ejemplos.
La villa preindustrial
La reconstrucción histórica de la ciudad arranca del siglo XII, en tono al año 1100, con el nacimiento de la primera villa portuaria durante el reinado de Alfonso VI. El primer bloque de la muestra describe la villa preindustrial, con dos núcleos urbanos separados por un brazo de ría: la Villa y Sabugo. Su perfil urbano viene dado por la construcción de una potente muralla a lo largo del siglo XII. Desde entonces, y hasta el siglo XIX, se configura como una villa portuaria y centro comarcal característico de la época preindustrial. La ciudad se configura con calles estrechas y parcelas alargadas, con una fuerte presencia de los poderes del antiguo régimen.
Un aspecto llamativo del Avilés preindustrial es la presencia invasiva de la marisma inundable que rodea la villa y llega hasta sus propios muros. Uno de sus brazos separa sus dos núcleos urbanos históricos, la villa y Sabugo, cuya acusada identidad es reconocible hasta nuestros días. Como contrapartida está el puente que los une, bien documentado a principios del siglo XIII, y en uno de sus extremos el espacio de mercado que es uno de los atributos de las ciudades medievales.
La ciudad burguesa
El siglo XIX planteó una profunda renovación de la forma urbana de Avilés. Sobre los vestigios de la ciudad histórica, el Estado liberal y el sistema caciquil ponen la ciudad y su entorno en manos de una burguesía que la moldea según sus intereses, en una etapa que se extiende hasta mediados del siglo XX. Es la época marcada por la demolición de la muralla medieval y la desaparición de monasterios y conventos. La desecación de la marisma permitió la unión física de la villa y Sabugo y la construcción de un modesto muelle local. A finales de siglo se establece la barrera ferroviaria, que deja una cicatriz en el plano que aún perdura.
La ciudad industrial
A mediados del siglo XX el entorno de la villa de Avilés experimentó un proceso súbito de industrialización que transformó por completo la fisonomía urbana. La repentina explosión demográfica condujo a un urbanismo de urgencia marcado por la falta de planificación, la carencia de infraestructuras y la segregación sociolaboral. Al finalizar la Guerra Civil, Avilés seguía siendo una pequeña villa portuaria de limitada base industrial. La irrupción de algunas grandes industrias en las proximidades de la ría de Avilés, como Ensidesa, modificó de manera sustancial la evolución de su forma urbana. El resultado final fue una amalgama de polígonos y poblados mal comunicados entre sí y con la villa de Avilés, que crecieron de forma espontánea en medio de una creciente degradación ambiental.
La ciudad de la democracia
La evolución del plano de Avilés en las últimas décadas está marcada por la tendencia a corregir los desequilibrios generados durante el desarrollismo mediante la integración de los barrios periféricos, la reordenación de los espacios urbanos e industriales, la recuperación ambiental y la mejora de las infraestructuras, pero la ciudad también ha vivido acentuados procesos de densificación y sustitución de edificaciones previas. El uso generalizado de los Planes Generales de Ordenación Urbana (PGOU) marcó una nueva etapa en la evolución de las ciudades españolas. En Avilés, donde las consecuencias de la industrialización acelerada fueron particularmente acusadas, ese cambio de tendencia se aprecia a partir de los años ochenta.
En una época de escaso crecimiento demográfico, y con grandes baldíos interiores, la ciudad se ha expandido muy poco, y no han faltado agudos procesos de sustitución de edificaciones anteriores. Pero también se ha conseguido reducir en parte el grave problema que suponía la segregación espacial de los barrios marginales mediante la compactación de los espacios intersticiales. Paralelamente se han promovido medidas para reducir de manera drástica los elevados niveles de contaminación de épocas precedentes. Todo ello, concluyen los investigadores, ha mejorado de forma sustancial su habitabilidad.
Equipo de investigación:
  • Miguel Calleja Puerta (Coordinador), Gaspar Fernández Cuesta, Felipe Fernández García, José Ramón Fernández Prieto, Daniel Herrera Arenas, David Olay Varillas y Cristina Fernández Bustamante.

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