14 oct 2015

La Universidad de Oviedo presenta un microscopio de vanguardia para el estudio de la medicina regenerativa




La Universidad de Oviedo ha adquirido un nuevo microscopio láser confocal que mejora el estudio de todas las técnicas basadas en el manejo de células. Este nuevo dispositivo, único en Asturias, puede aplicarse en campos tan variados como la terapia celular para enfermedades degenerativas, el análisis de marcadores tumorales o el estudio de los biomateriales. El microscopio está ubicado en la sección de Análisis Biológicos del edificio de Servicios Científico-Técnicos (Severo Ochoa) y está a disposición de los investigadores de la institución académica, del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), de los institutos y centros de investigación y de las empresas.

La ventaja principal de la microscopía confocal reside en que permite obtener cortes de una misma muestra en distintos planos focales, de ahí su nombre, y visualizarla después en una imagen tridimensional de alta resolución. El modelo adquirido por la Universidad de Oviedo tiene como valor añadido que facilita el estudio de células vivas, tanto de tejidos animales como vegetales, en una secuencia temporal. De este modo, el microscopio obtiene una película en la que se monitoriza el comportamiento de una estructura biológica a la que se le haya aplicado algún tratamiento a lo largo del tiempo.

- Esta tecnología láser ofrece un amplio espectro de aplicaciones. Los más importantes son:

- Terapia celular con células madre (regeneración de cartílago o piel, terapia génica, estudios experimentales de regeneración cardiaca o de tejido nervioso…)

- Análisis de marcadores de células tumorales, lo que posibilita caracterizar la línea tumoral y ajustar el tratamiento de forma individualizada a cada paciente.

- Estudio de uso de biomateriales para prótesis y procesos ortopédicos, con el fin de garantizar la integración al cuerpo y evitar el rechazo.

El principio óptico de la microscopía confocal fue patentado por el investigador del MIT Marvin L. Minsky en 1957. La necesidad de tratar digitalmente las imágenes retrasó sus aplicaciones prácticas hasta que se desarrollaron ordenadores con procesadores potentes. El primer microscopio confocal comercial apareció en el mercado a mediados de la década de los 80. Su uso se ha generalizado en universidades y centros de investigación de todo el mundo.


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